Joan Herrera Reyné
Además de ciencia, un arte
La psicología es por supuesto ciencia, no obstante es también un arte, porque frente a las adversidades que se presentan están las personas en las que impactan. Y no debemos olvidar que cada quién es cada cual y afronta de maneras diferentes la forma en que nos vemos afectados por las vicisitudes de la vida.
Los recursos de que disponemos o que vayamos a alcanzar, serán personales e intransferibles y esa mirada única ha de ser tenida en cuenta por el profesional de la psicoterapia a la hora de dirigir la sesión y articular las mejores opciones posibles en cada caso.
Por supuesto, las terapias psicológicas mantienen una estructura, pasos e implementación cuya efectividad está fuera de toda duda, no obstante, el usuario de la terapia y su vínculo con el psicólogo son lo más importante para avanzar satisfactoriamente durante el periodo que se implemente entre ambos.
Es por ello que como ciencia, la psicología se define a sí misma por su estudio y funcionalidad, pero recordando siempre que las personas que la reciben son los verdaderos protagonistas de su historia de vida, a cuya observación hay que adaptar las herramientas que les permitan decidir como enfocar la mirada sobre los desafíos presentados en su día a día. En estos términos de adaptación de la terapia al individuo, y no a la inversa, hay que verla como un arte, arrogándole un enfoque ante todo humanista.